Se ha hablado mucho de que cuánto más inspirados estemos en el trabajo, más pasión pondremos en todo lo que hagamos y mayor compromiso tendremos. Sin embargo, seguro que os estáis preguntando: ¿de dónde nos viene la inspiración en el trabajo?.
Desde mi experiencia, la inspiración puede venir de fuera, de una conversación que hemos tenido con amigos, de un anuncio que hemos visto o de la última reunión con tus compañeros, en la que habéis trabajado y disfrutado juntos, etc.
Aunque también puede venir de dentro, de ti mismo. Seguro que todos podemos acordarnos, de algunos días en que nos hemos levantado creativos y nos ha aparecido una idea, una emoción concreta o una intuición fuerte, relacionadas con el proyecto o trabajo que estamos realizando. Sin embargo, ¿cómo podríamos sostener esa inspiración, fuente de motivación en el trabajo?.
Como reflexión personal, creo que las empresas que están desarrollando una cultura en la que se anima a los empleados, a que elijan sus estímulos para que obtengan un mayor significado de lo que hacen y sobre todo, entender el propósito del trabajo, están encaminadas a que cada empleado desarrolle la inspiración cada día. Suelen ser empresas, inmersas en una fase de transformación digital y para ellas es importante que cada empleado entrene el músculo de la inspiración.
Así que, para fomentar el compromiso, la inspiración y el rendimiento, una de las preguntas que los managers podrían hacer a sus empleados sería:¿qué factores les estimulan para desarrollar un trabajo con pasión y ganas de aprender?