
La gran mayoría de las empresas buscan «enamorar» al consumidor con los productos o servicios que ofrecen. Ya no solo se valora el precio y la calidad, sino la experiencia y emoción que nos han producido al disfrutarlos. Porque, esa vivencia se quedará alojada en nuestra memoria y en nuestro corazón.
Y si la experiencia ha sido positiva, repetiremos la compra y en definitiva, mantendremos nuestra relación con esa determinada marca y empresa. #customerexperience.
Por otra parte, son estas mismas empresas las que quieren «enamorar» a cada empleado, porque si la experiencia laboral de cada uno es haciendo balance positiva, significa que se convertirá en un doble embajador, primero de la propia empresa porque transmitirá en distintos entornos o redes sociales, que es un lugar recomendable para trabajar y por tanto, para atraer talento. Y en segundo lugar, hablará muy bien de las marcas porque se siente identificado con sus valores y comprometido. #employeeadvocay
Todo ésto me hace llegar a dos reflexiones que comparto con vosotros:
1º el cliente es el «oro» del siglo XXI y se encuentra en el centro de la empresa.
2º. el empleado es cada día más importante y es necesario crear de verdad, espacios de libertad y confianza en la empresa.
¿Qué opináis vosotr@s?.
Buen finde a tod@s!.